Sunday, 20 November 2011

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You know atmospheric scientists are people devoted to study the climate and its changes, they work in weather forecast, as well. 
Obviously, it is an essential job and they use many instruments such as satellites, complex computer programs and meteorological models, in order to do it properly. In this 4-minute-lasting video titled "the science behind a climate headline" the atmospheric chemist Rachel Pike gives us a glimpse of the massive scientific effort behind the headlines on climate change.


http://www.ted.com/talks/rachel_pike_the_science_behind_a_climate_headline.html
The second video called "Transition to a world without oil"  reminds us  fossils fuels are polluting and they are running out, as well. So,  it is time to change our unsustainable lifestyle and develop a more sustainable one. 
Rob Hopkins proposes a unique solution: to build a new society completely independent on fossil fuels. 


http://www.ted.com/talks/rob_hopkins_transition_to_a_world_without_oil.html


"LA CRISIS QUE DEBE PREOCUPARNOS DE VERDAD ES LA AMBIENTAL" dice el biólogo murciano José Antonio Sánchez Zapata que ha sido seleccionado por el Ministerio de Medio Ambiente para desarrollar la Ley de Patrimonio Natural
El tipo que les observa desde la fotografía con curiosidad científica atrapará diez cóndores en la Patagonia argentina durante los próximos días. Tender una emboscada a estas aves descomunales con una carroña y una red para instalarles radiomarcadores es la rutina profesional inmediata del biólogo José Antonio Sánchez Zapata, –«murciano nacido en Orihuela», se define él mismo, 43 años, casado, una hija–, que ha sido incluido por el Ministerio de Medio Ambiente en el grupo de cien expertos que asesorarán en las estrategias de conservación de especies amenazadas y las directrices de la Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad. Investigador de primerísimo nivel –de los que publican en ‘Nature’ y ‘Science’, para entendernos–, es una referencia en el estudio de poblaciones y comunidades de vertebrados en ecosistemas semiáridos y promotor de importantes estudios sobre las rapaces y los mamíferos del sureste desde la Universidad Miguel Hernández de Elche, donde es profesor titular de Ecología. Imposible no contagiarse del optimismo y el buen rollo que destila a todas horas pese a la dureza de algunos de sus mensajes, que transmite con la misma amabilidad con que se maneja por la vida, junto con una sonrisa permanente y un pelo indomable que se cortó para la entrevista.
–¿Por qué necesitamos una Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad? ¿En qué consiste?
–Necesitamos una ley para reforzar las estrategias de conservación porque tenemos compromisos adquiridos con la sociedad española y también a nivel internacional desde la Cumbre de Río. Y en el contexto europeo nos toca legislar esos programas.
–¿Cuál va a ser su papel dentro de la estrategia de conservación de especies amenazadas?
–Yo asesoraré en los programas de conservación de aves necrófagas, que es un grupo amplio y en el que España tiene una responsabilidad especial porque acoge a más del 90% de las poblaciones de todos los grandes carroñeros europeos.
–Buitres, alimoches y quebrantahuesos...
–Eso es. Y también participo en las estrategias de especies raras ligadas a humedales, como la focha moruna y la malvasía cabeciblanca [para asesorar en este programa también han sido seleccionados el murciano Gustavo Ballesteros y el alicantino residente en Murcia Marcos Ferrández, voluntario de ANSE].
–Hay quien piensa que es una frivolidad destinar recursos económicos a salvar la vida de un pato. ¿Qué les diría?
–Les diría que esas especies raras representan la rareza de esos espacios; conservar la naturaleza es conservar el futuro, y en estos momentos de crisis económica hay que recordar que la crisis más importante que estamos padeciendo, la que subyace bajo todo el sistema y que más debe preocuparnos, es la crisis ambiental, a la que tendrán que enfrentarse sobre todo nuestros hijos y nuestros nietos. Yo diría que la crisis económica es solo un pálido reflejo de la crisis de la naturaleza, que es con la que tendremos que luchar en las próximas décadas.
–Me da que esa crisis no se resuelve con un cambio de gobierno o inyectando capital en los mercados...
–Si queremos tener futuro como raza humana en el planeta tenemos que pensar en esa crisis ambiental:lo que estamos viendo responde por un lado a esa tentación de gastar lo que no tenemos, aun cuando no nos suponga grandes beneficios, y por otro a la tentación de buena parte de la sociedad de acumular recursos, en este caso dinero. La crisis ambiental va en esa línea:tenemos que empezar a pensar que no podemos consumir tantos recursos naturales ni tampoco podemos dejar que se acumulen en unas pocas manos. También me gustaría llamar la atención sobre proyectos tremendamente disparatados como aeropuertos que no tienen aviones y se cierran, o grandes líneas de tren sin pasajeros: los únicos que han luchado en este país contra estos absurdos, contra la inutilidad y el impacto ambiental de algunas obras, han sido los grupos ecologistas y los científicos.
–¿No se sienten escuchados los científicos en España?
–Creo que sería bueno que nos escuchasen un poquito más. Se agradece que el ministerio haya contado con algunos de nosotros para estas estrategias de conservación de biodiversidad, pero a veces uno se siente un poco infrautilizado, no solo por el tiempo y el esfuerzo que dedica individualmente el investigador, sino por el dinero que ha invertido en nosotros la sociedad, desde el más modesto trabajador al empresario más grande. Se echa de menos que no te llamen más a menudo, no para tomar decisiones, porque eso corresponde a los políticos, pero sí al menos para obtener información y opinión.
–¿Y en la Región?
–La situación no es muy distinta. En general se nos usa poco. Quizá haya también cierta incapacidad por parte nuestra de acceder a los organismos de decisión, pero lo cierto es que no nos consultan.
–¿Cuida España su biodiversidad como debe?
–La situación es muy paradógica:si hiciésemos un ránking sobre los campos de la ciencia en que los españoles somos buenos nos sorprenderíamos, porque buena parte del dinero destinado a investigación básica se invierte en temas relacionados con las ciencias biomédicas, la bioingeniería y la biología molecular, y en esas disciplinas estamos siempre entre los puestos trece y quince a nivel mundial. Curiosamente, el campo en el que más nivel científico tenemos es la biología de la conservación; somos una potencia mundial en el estudio del funcionamiento de la naturaleza y los ecosistemas, pero estamos en un puesto muy lejano con respecto a la aplicación de esas medidas. Tenemos mucha información sobre la biodiversidad, sabemos qué tenemos que hacer para conservarla, pero aplicamos poco ese conocimiento.
–España es el país con la mayor biodiversidad de Europa y parece que no somos capaces de convertir esa virtud en un producto económico. ¿Se puede o se debe hacer?
–Se puede y se debe hacer. Tenemos un activo ambiental impresionante, no hay ningún país europeo que ni de lejos se pueda acercar a España, y nosotros deberíamos ser los primeros en ponerlo en valor. Curiosamente, lo que hacemos a veces es todo lo contrario, porque nos oponemos a estrategias que contribuyen a proteger ese patrimonio. No sé si se debe a que fuimos de los últimos países en subirnos al carro de la Unión Europea y estábamos muy necesitados de cierto crecimiento y modernización, pero con el resultado absurdo de que ahora somos el país con más kilómetros de tren de alta velocidad y más aeropuertos, sin que eso sea eficiente y a costa de perder un patrimonio natural que no tiene nadie, y que tendrá un valor creciente porque son recursos cada vez más escasos a nivel mundial. Creo que buena parte de nuestra estrategia de futuro debe pasar por conservar la naturaleza.
–La Región de Murcia, junto con Madrid, es la única comunidad española que no ha aprobado ni un plan de gestión de especies amenazadas. ¿Cómo lo ve?
–Esto es dramático. En Murcia se aprecia desde hace tiempo un parón de la Comunidad Autónoma en las estrategias de conservación de especies y espacios naturales, que se tendrá que resolver porque esta primavera se acaban los plazos para aprobar los planes de gestión de la Red Natura 2000, de las ZEPAs y de los LICs. Es un retraso injustificable. Da la sensación de que, siendo una región tremendamente rica en valores, solo los protegemos cuando sentimos la presión de la Unión Europea en forma de amenazas o sanciones económicas. Parece que conservamos, no porque estemos convencidos de que tenemos que hacerlo, sino porque nos obligan a ello, y es lamentable.
–Los colectivos ecologistas se quejan de que la gestión del medio ambiente en la Región va a menos, tanto en aplicación de recursos como en gestión política. ¿Lo comparte?
–Sí, está claro que han adelgazado algunos sectores dentro la Administración, y uno de ellos es el que corresponde a la conservación de la naturaleza. Ahora mismo la actividad está casi estancanda, como si no hubiera un pulso ambiental, e insisto en que habrá que resolverlo pronto porque apremian los plazos para cumpliar las directrices de la Unión Europea.
–¿Qué medidas urgentes tomaría para mejorar la situación del medio ambiente en la Región?
–Quizá la primera medida sería dotar de un contenido normativo nuestra red de espacios naturales, y no solo porque sea un requisito desarrollar esosplanes de gestión. Yno hacer una política de mínimos, sino plantear la viabilidad de esos espacios naturales a medio y largo plazo teniendo en cuenta posibles cambios de uso del suelo y construcción de infraestructuras, de forma que pueda garantizarse su futuro. Yvinculado a esto, ilusionar a la gente:que esto no hay que hacerlo por obligación sino por devoción, para que podamos legarlo a las nuevas generaciones como un valor de futuro. También es necesario que el criterio de protección del medio ambiente impregne el resto de políticas relacionadas con el uso del territorio, para que tenga peso a la hora de tomar decisiones sobre infraestructuras o nuestras actividades agrícolas e industriales, porque actualmente se ve la naturaleza como un estorbo. Hay que remar a favor, no en contra.
–¿Es un buen momento para la biodiversidad, o vamos a menos?
–Los momentos de crisis tienen algunas ventajas, como la menor construcción de infraestructuras, algunas de ellas absurdas. La nueva red de autovías de la Región, por ejemplo, hacía inviable la conservación de numerosas especies que necesitan desplazarse. Pero hay otras desventajas, como que hay menos inversión en investigación de las especies y los ecosistemas, en educación ambiental, divulgación... Lo ideal sería que la crisis nos sirviera de reflexión y pensáramos un poco más allá. La mayor parte de la gente no se preocupa por la crisis ambiental, aunque los científicos llevan años avisando. Ya está aquí y tendrá efectos más devastadores que esta crisis financiera.
–¿Ha seguido la campaña electoral? De medio ambiente y ciencia no se ha hablado nada...
–Es lamentable que las grandes formaciones políticas no lo incluyan como una reflexión necesaria. En el discurso diario se habla de innovación, de I+D, pero a la hora de la verdad se olvidan. Nos estamos poniendo una venda en los ojos que quizá sirva para resolver problemas a corto plazo, pero no incluir la ciencia y el medio ambiente en las políticas básicas es un gran error.
–¿Son el medio ambiente y la investigación asignaturas maría para los políticos, entonces?
–De alguna manera sí; por desgracia, hasta bromean con ello. Se puede ver en los programas y ha quedado claro en los debates.
–¿Sospecha que la crisis económica puede ser una excusa para seguir relegando el medio ambiente en la agenda política?
–Debería ser una oportunidad para traerlo a primer plano, porque buena parte de los errores que nos han llevado a esta situación fueron denunciados por conservacionistas y científicos, y precisamente en estos momentos siguen sin ser escuchados. En lugar de servir para legitimar esas voces, la crisis las ha arrinconado más.
–¿Cómo encontrar el equilibrio entre la protección de los espacios naturales y el desarrollo? ¿Eso lo estudian también los científicos?
–Lo intentamos: cada vez se relaciona más la información medioambiental con la socioeconómica, pero cuanto más complejo es el sistema más difícil es hacer predicciones. Lo sabemos los ecólogos y lo saben los economistas, pero no se puede separar la conservación de los espacios naturales y las especies de las actividades humanas.
–Con la que está cayendo, ¿ve posible que el lince regrese a los espacios naturales murcianos, o es un brindis al sol de nuestros políticos?
–Es una utopía que debe servirnos para poner de manifiesto la desconexión entre las distintas políticas de la Administración. Por un lado, se pretende reintroducir una especie que es un icono mundial de la conservación, que se alimenta casi exclusivamente de conejo, y la misma consejería promueve órdenes para perseguir al conejo como plaga en casi todo el territorio de la Región, lo que es una contradicción. El lince nos sirve como espejo que refleja estas contradicciones. ¿Queremos dejar a nuestros hijos y nietos una Región donde no tengan la posibilidad de sobrevivir especies como el lince?
–¿Están en buen estado nuestras aves rapaces? ¿Por qué son tan importantes?
–En general las aves han servido de foco en la conservación por un aspecto casi casual, y es que desde hace tiempo existe información de cierta calidad sobre sus poblaciones. Por eso las primeras directivas de conservación a nivel europeo se centraron en las aves, y particularmente en las rapaces, porque son más escasas.
–Se supone que las poblaciones de necrófagas (buitres y quebrantahuesos) aumentarán con la nueva ley que permite depositar cadáveres de reses en el medio natural...
–Esto ha sido una lucha importante de muchos años. Era una situación absurda que los cadáveres de ganado criado de forma extensiva en las sierras de Segura y Cazorla tuviesen que ser incinerados a cientos de kilómetros de la montañas, mientras que a los buitres había que alimentarlos con pollos y cerdos criados en granjas. Ese sinsentido se corrige en parte con las resoluciones que hizo la Unión Europea en 2009 y 2010 y con el decreto del Gobierno que tendrá que ser adaptado por las comunidades autónomas. Este asunto ejemplifica el valor de la naturaleza en momentos de crisis:los buitres nos proporcionan lo que denominamos un servicio ecosistémico, porque eliminan de forma gratuita los cadáveres, que son posibles focos de infección. Eso lo habíamos sustituido por un sistema de recogida e incineración que nos cuesta un montón de dinero y encima es contaminante. Los bosques hacen también un gran trabajo que no computamos en el Producto Interior Bruto.
–¿Arrui sí o arrui no?
–El Catálogo de Especies Exóticas e Invasoras, más que indultarlo, lo ha amnistiado. Es un tema complejo: yo soy partidario de reducir sus poblaciones y exterminarlas en algunos lugares, lo que no es sencillo porque ocupa ya miles de kilómetros cuadrados, sobre todo entre Murcia y Andalucía. Habría que tender a disminuir progresivamente sus poblaciones, de forma que localmente se puedan ir produciendo extinciones para que otras especies de ungulados que sí son autóctonas y cumplirían un papel ecológico similar, como la cabra montés, fuesen aumentando su área de distribución. Esa sería la estrategia más razonable a largo plazo.
–¿Qué proyecto de investigación le lleva a Argentina la semana que viene?
–Es un proyecto sobre la evaluación de las poblaciones de cóndor andino que financia la Fundación BBVA y que coordina el CSIC y la Estación Biológica de Doñana. Participan también biólogos argentinos, y yo por parte de la Universidad Miguel Hernández de Elche. Es un ave gigantesca de la que se sabe muy poco y cuyas poblaciones han ido disminuyendo progresivamente, aunque aún se mantiene en buenas condiciones en la Patagonia, que es donde vamos a trabajar nosotros por segundo año. Vamos a marcar algunos individuos con emisores para conocer sus movimientos, dónde nidifican y cómo explotan el territorio en función de la abundancia de alimento.
Feliz entre lobos
Toni –así le conoce todo el mundo– Sánchez Zapata es doctor en Biología, premio extraordinario de doctorado por la Universidad de Murcia y director de varias tesis doctorales. Ha publicado más de 50 artículos en revistas internacionales de impacto sobre ecología, biología de la conservación, zoología y ciencias multidisciplinares, incluidas las prestigiosas ‘Nature’ y ‘Science’, y ha sido investigador principal en diversos proyectos de I+D financiados por el Ministerio de Ciencia e Innovación. También participa en proyectos financiados por entidades privadas como Bancaja y la Fundación BBVA, cuyo trabajo de campo le ha llevado de los espacios naturales murcianos y alicantinos a Mauritania, Mali, la Patagonia, Kazajistán y Australia. Es experto en analizar el balance coste-beneficio de los recursos empleados en la conservación, los conflictos entre las políticas de sanidad animal y la conservación de los carroñeros, investigaciones que ha plasmado en decenas de trabajos en revistas y libros de divulgación científica. Si se pierde hay que buscarle en el pantano de Santomera, en Cabo de Gata, en la Sierra de Segura o en su casa de las montañas de León, donde es feliz –¡un poco más!– estudiando a los lobos.

 (Publicado en 'La Verdad' el 20 de noviembre de 2011)

Artículo enviado por ALVARO MOLINA

UN NUEVO ESTUDIO CONFIRMA QUE EL PLOMO EN
 SANGRE AUMENTA LA AGRESIVIDAD
La exposición al plomo durante la gestación y la infancia afecta al comportamiento en la edad adulta, propiciando una mayor agresividad. Aunque este hecho ya se sospechaba, ahora han aparecido evidencias científicas derivadas de un estudio de campo llevado a cabo durante treinta años. Pero el problema no acaba ahí: el plomo en sangre puede producir una reducción de la masa gris del cerebro de hasta un 1%, aseguran los científicos//. Artículos relacionados: Argentina: Niños y adultos enfermos por contaminación con plomo. Denuncias penales a los responsables.
El plomo es un metal pesado que, durante muchos años, se usó para fabricar pinturas y tuberías; en la gasolina, y en otros muchos artículos, incluidos los juguetes infantiles. De hecho, el año pasado, las compañías de juguetes Fisher-Price y Mattel tuvieron que retirar más de un millón de juguetes del mercado porque contenían plomo.
En general, el uso de este metal se ha ido evitando cada vez más porque es venenoso y potencialmente peligroso para la salud, pero aún se encuentra en algunas cerámicas, superficies o pinturas antiguas o muebles viejos. El desgaste de los objetos hace que el plomo que hay en ellos se desprenda y pueda extenderse.
Para cualquier persona el plomo resulta, como hemos dicho, peligroso. Los efectos adversos del envenenamiento con este metal van desde el daño a los riñones y al cerebro, la disminución de la fertilidad en hombres o el incremento de la presión sanguínea.
Si, además, la exposición al plomo se produce en la infancia, ésta puede afectar al grado de agresividad del individuo en la edad adulta, señala un estudio reciente.
Plomo y violencia
En la Universidad de Cincinnati, en Estados Unidos, el profesor Kim Dietrich, lleva tres décadas estudiando los efectos en la salud de la exposición al plomo en la infancia e, incluso, durante la etapa de la gestación.
Ahora, gracias a sus investigaciones, Dietrich y su equipo han conseguido, por vez primera, reunir evidencias de la existencia de una relación directa entre la exposición prenatal y durante la más tierna infancia al plomo, y el riesgo del aumento de los comportamientos violentos en la edad adulta.
Según un comunicado de dicha universidad, estas evidencias se desprenden de los datos recogidos durante un largo periodo de tiempo, en total 30 años, que han permitido determinar que altas concentraciones de plomo en la sangre en los fetos y en los bebés tras el nacimiento están asociadas con altas tasas de arrestos por actos criminales en la edad adulta.
Dietrich explica que han “controlado a un sub-segmento específico de niños que fueron expuestos al plomo tanto durante su gestación como durante su infancia, a lo largo de esos 30 años”. En total, los científicos obtuvieron un registro completo de los patrones neurológicos, de comportamiento y de desarrollo de estos niños, con el fin de establecer una asociación clara entre dicha exposición temprana al plomo y una posible actitud criminal posterior.
Al parecer, aunque otros estudios anteriores habían tratado de establecer dicha relación, la investigación de Dietrich y sus colegas es la primera que consigue las evidencias definitivas.
Cómo se hizo
Y se ha logrado gracias a un trabajo de campo de larga duración. En primer lugar, los investigadores reclutaron a mujeres embarazadas que vivían en barrios de Cincinnati en los que había edificios antiguos, con altos niveles de contaminación con plomo. Según publica PLoS Medicine, fueron estudiadas 250 mujeres embarazadas de entre 19 y 24 años, y un total de 376 niños, todos ellos elegidos entre los años 1979 y 1984.
Los investigadores midieron entonces los niveles de plomo en sangre de las mujeres embarazadas durante la gestación y, posteriormente, a intervalos regulares, siguieron midiendo los mismos niveles en la sangre de todos los niños, hasta que éstos tuvieron seis años y medio con el fin de calcular la exposición acumulativa al plomo.
Los datos de los niveles de plomo en la sangre fueron posteriormente relacionados con registros de arrestos por actos criminales. Estos registros suministraron información sobre la naturaleza y duración de los arrestos, así como su categoría: violencia, ataque a la propiedad, drogas, fraude, obstrucción a la justicia, delitos de circulación, desórdenes de conducta, etc.
Los investigadores descubrieron, de esta forma, que los individuos que habían mostrado altos niveles de plomo en sangre durante su gestación y, posteriormente, durante su temprana infancia también mostraron mayores niveles de arrestos por actos violentos, a partir de los 18 años, que el resto de la población estudiada.
La asociación entre niveles altos de plomo en la sangre y los crímenes violentos fue la más intensa. Según los investigadores, cualquier elevación de cinco microgramos por decilitro de los niveles de plomo en la sangre aumenta el índice de arresto por ofensas violentas en más de un 25%.
Plomo y cerebro
Para Dietrich esta investigación demuestra que la reducción del plomo ambiental es fundamental para conseguir reducir la ratio de crímenes violentos. Según él, “los patrones de comportamientos agresivos o violentos aparecen a menudo temprano, y continúan a lo largo de la vida. Identificar los factores de riesgo que pueden propiciar una vida criminal desde la infancia debería ser una prioridad para las políticas de salud pública”.
El estudio en realidad se enmarca en otra investigación más amplia, también iniciada en 1979, para conocer otros efectos a la exposición al plomo en niños. En el mismo número de PLoS Medicine aparece por ello otro artículo, también firmado por Dietrich y su equipo, que describe los resultados de un análisis de la relación entre la exposición al plomo en la infancia y el volumen del cerebro en la edad adulta.
Este análisis fue realizado con imágenes de resonancia magnética, y reveló significativas reducciones en el volumen cerebral relacionadas con altos niveles de concentración del plomo en la sangre durante la infancia. La revista Abcnews publica que en total se calcula que más de un 1% de la materia gris total del cerebro se pierde por la contaminación de la sangre con plomo.
Según los científicos, las reducciones afectaban a áreas específicas del cerebro, como la corteza angular inferior, responsables de funciones como la regulación del estado de ánimo o la toma de decisiones. Y afectaban mucho más a hombres que a mujeres. Por Yaiza Martínez para http://www.tendencias21.net. (Fin)
Que sucede en Argentina
Hallan altos niveles de plomo en niños
Agosto de 2007
Un equipo de investigadores del Hospital de Niños de La Plata halló niveles tóxicos de plomo en la sangre de niños de hogares pobres. Los científicos comprobaron que este incremento del plomo está asociado con la deficiencia de hierro. “Una exposición crónica al plomo en los primeros años de vida daña los glóbulos rojos, lo que causa anemia, lesión renal y de los sistemas nerviosos central y periférico, como también retraso de estatura y disminución del coeficiente intelectual. En nuestro país hay pocos estudios publicados sobre concentraciones de plomo sanguíneo en niños. Por eso investigamos cuál era el nivel de plomo y de hierro en chicos de entre 6 meses y 5 años”, explica la bioquímica Liliana Disalvo, del Instituto de Investigaciones Pediátricas (IDIP) del hospital.

Friday, 11 November 2011

Científicos escépticos aceptan finalmente el cambio climático

Hace unas semanas, el Berkeley Earth Project , publicó un informe con el resultado de su investigación. En él se reconocía un aumento en la temperatura de la superficie del planeta, y se señalaba como responsable de dicho aumento a la actividad humana. Estos resultados no serían sorprendentes si no partiesen del principal grupo de científicos escépticos con el cambio climático.
Este equipo del Berkeley Earth Project está formado por renombrados científicos, pertenecientes a los campos más directamente relacionados con la investigación en cambio climático: física de fluidos, climatología y estadística. Todos sus miembros tienen en común haber sido, durante mucho tiempo, los principales valedores de las teorías que negaban la influencia humana sobre el cambio climático.
Muller dando clases
El director del proyecto, Richard Muller, sirve como ejemplo de la postura que hasta ahora han mantenido estos científicos en torno al tema. El Doctor en Ciencias Físicas y profesor en la Universidad de California, ganó mucha notoriedad en 2004 al criticar muy duramente el gráfico sobre el aumento de las temperaturas conocido como "Palo de Hockey", utilizado como evidencia de la responsabilidad del ser humano en el calentamiento global.
Pero si los resultados del informe resultan sorprendentes por quiénes son sus autores, aún más por qué entidades financian dicho estudio, especialmente dos instituciones. La primera es el FICER, fundado y dotado económicamente por Bill Gates, y que tiene como objetivo "evaluar la ciencia y la tecnología para entender el efecto del dióxido de carbono y otros gases invernaderos", lo que se ha traducido en promover proyectos que ponen en entredicho la influencia humana en el calentamiento global. La segunda institución lleva el nombre de su fundador y presidente, el industrial norteamericano Charles G. Koch, y queda reflejada su filosofía en la propuesta que éste hizo: financiar cualquier proyecto que ayudase a dudar del calentamiento global.
La metodología con la que se ha llevado a cabo el estudio también refleja el punto de partida de estos investigadores. Para evitar las críticas que algunos científicos han vertido contra los estudios de cambio climático (por ejemplo, en el caso Climategate), han empleado un número muy superior de fuentes de datos, en torno a 1,600 millones de informes. Una vez eliminadas las duplicidades, han basado el estudio en más de 39,000 estaciones metereológicas únicas, tres veces más de las usadas anteriormente.
Planeta
En realidad, tal profusión de datos resulta innecesaria. Matemáticamente se puede calcular un número a partir del cual las conclusiones del estudio no ganan en significación estadística. Esto quiere decir que a partir de cierta cantidad de datos, la empleada hasta el momento, la calidad de los resultados o la robustez de las conclusiones no aumenta en gran medida, y sí lo hace la complejidad de los cálculos.
En definitiva, los anteriormente escépticos ahora declaran que la temperatura media de la superficie terreste ha aumentado en un grado centígrado entre 1950 y la actualidad, y señalan como responsable a la actividad humana. Estas conclusiones coincíden con las ya publicadas, con lo que los negacionistas del cambio climático han perdido otra batalla, una que podemos pensar que ellos mismos habían financiado.